A la orilla del camino: un árbol.
En la cumbre de la montaña: un árbol
Bajo la luna como un sombrero brillante: un árbol.
A la orilla del río en el verano de Oaxaca después de las horas de trabajar el campo: un árbol.
Frente a la casa de tu infancia, a la sombra fresca de la tarde, en los juegos de los niños y señoras y señores: un árbol.
En el centro del oasis, con frutos, agua y compañía: un árbol.
Dondequiera: un árbol.
De Raúl Bañuelos
te dejo un árbol por aquí también.
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