En el 2021 fue que me animé a seguir mi sueño de ser escritora. Por eso me anoté a talleres, leí libros sobre escritura, seguí varios blogs de buenas y bonitas escrituras, y de escritores que admiro, e incluso me la pasé escuchando podcast sobre escritura.
Y terminé el año con el logro de admitir, para mí misma y para unos cuantos, que soy escritora. Porque a lo mejor parece fácil que cualquiera ande por ahí diciendo que es escritor, pero da miedo enfrentarse al qué dirán.
Salí del closet.
¿Y qué escribes?, me preguntaban. ¿Qué escribo?, pues estoy trabajando en una novela, pero todavía no la acabo.
Y aún no la acabo… pero de empezar. Me inscribí a tutorías para terminar de acabar y empezar a terminar. Y pues tampoco; me sentía bloqueada. De qué servía tanta teoría y tanto leer y tanto podcast para que nomás no pudiera. Que fracaso de escritora era. Que horror, ¡me convertí en un cliché!
Estancada sí, pero no quité el dedo del renglón… o bueno sí, pero lo puse en otra página. Más que terquedad fue la pasión lo que me llevó a descubrir que en la UdeG tenían una carrera de escritura creativa. ¡Que creativos!, pensé… pero demasiado tarde; lo que me habría gustado haberla visto antes.
¿Antes? ¿Pero no soy yo la que repite que nunca es tarde para empezar cualquier cosa? Sí… bueno, funciona para decirlo, pero hacerlo, ¡que pena! Hipócrita, me dije. Pero no; seré una cobarde muy cobarde (ya les escribí antes de eso), pero hipócrita no. No soy y ni quiero ser como esa gente que dice y dice, pero todo de dientes para afuera. Y pues que me reto a mí misma, y que me inscribo a la licenciatura.
Recordé a mi amigo Victor, que tenía la misma edad de mi papá cuando estudió su segunda carrera con nosotros, los niños de diecinueve. Y para mí nunca se vió mal, al contrario, nos hicimos buenos amigos, y a la fecha es de mis mejores amigos.
A mis casi cuarenta, volví a empezar una licenciatura. Me llevará cuatro años terminarla.
¿Que qué se siente? Me siento emocionada de ir a clase todos los días, siento que esto es lo que debí estudiar hace años. Pero que bueno que no, porque viendo todo a través de esta vida que llevo vivida, me doy cuenta que empecé justo cuando debía empezar.
Soy escritora porque escribo. Y mi sueño es convertirme en autora de muchos libros, y que lo que escriba esté tan bien escrito y sea tan bonito que muchas personas quieran leerlo.
Ando por mi propio camino, voy un paso a la vez. Y ahora estoy dando el paso de “escuchar a los profesores y hacer toda mi tarea”.
¶
Fin de párrafo
Es cierto lo de Nunca es tarde, porque en realidad, la vida se encarga de ponernos las cosas a nuestro alcance justo en el momento preciso. Otra cosa es que lo sepamos ver. Y tú has tomado tu decisión. ¡Felicidades! Y, si me permites un pequeño consejo, escribe, escribe mucho, lo que te piden en la carrera y mucho más. Es la única forma de ir moldeando tu escritura. Saludos Julieta.