Una scout… veinte años después

¿Qué mueve a una chava de casi veinte años a querer ser scout?, sobre todo cuando había tenido cero contacto con el movimiento. Es más, pensé que solo existía en Estados Unidos, y eso por las pelis.

Pero me invitaron, y dijeron que se acampaba… y eso movió las fibras de mi niña interior que iba a acampar con su familia, cuando aún éramos familia. Me registré en el grupo octavo.

Acampé mucho, muchísimo comparado con el poco tiempo que pude estar. Decían campamento y yo iba. No me perdí ninguno. Encontré campamentos pero también un chingo de aventuras, y amigas, muchas amigas. Yo puedo asegurar que las cosas más locas, inusuales y divertidas, las hice siendo scout. No hay forma que en la rutinaria vida que lleva el 99% de la sociedad, se viva lo que se vive siendo scout.

Y yo que solo iba por los campas.

Pero luego quiere la vida que crezcas, luego ya no estudias y ya trabajas, luego te conviertes en dos y luego en tres, y de pronto te vas de tu ciudad. Te alcanza la vida con sus responsabilidades.

Terminé convirtiéndome en cinco, y de una forma u otra hemos estado buscando el como sí a todo lo que suene a diversión y que salga de la rutina. Por eso creamos nuestra tribu de viajes y de acampado, para montar tienda en bosques y playas. Es fácil cuando dos ya fueron scouts y las otras tres solo quieren diversión. Un quinteto de viajes y acampado perfecto.

La misma vida que me llenó de canas y arrugas, es la misma que me regresó a los scouts. Me llevó de vuelta… -NOS llevó de vuelta a los dos-, para que las otras tres les tocará tener su propia flor de lis.

¿Qué mueve a una señora de casi cuarenta años a querer ser scout?, sobre todo cuando ni puede jugar a gusto porque la edad ya le regaló una rodilla operada y tiene responsabilidades de vida adulta que exigen tiempo. De hecho va a necesitar inventarse tiempo para las y los chavos scouts, unos agradecidos y otros no tanto; incluso deberá bloquear sus fines de semana para estar entre esos adolescentes.

Pero vi la oportunidad y me registré en el grupo veintiséis. Porque eso movió las fibras de mi yo joven que fue los scouts para acampar y que al final le dieron más que eso,.. así que pensé, es mi turno de dar en los scouts (lo que sea que tenga yo para dar).

Y si en el camino de darme y dedicarme a los scouts hay campamentos, pues bueno… ni modo, son sacrificios que tendré que soportar.

2 comentarios en «Una scout… veinte años después»

  1. Hola Julieta. Yo nunca participé de los scouts. No me tocó esa etapa. Pero mis papás fueron tan inteligentes como vosotros. Y, desde chica, organizamos campamentos de toda la familia, más los primos que se apuntaban siempre, porque les encantaba.
    Es una experiencia fantástica y te felicito por hacer partícipe a tu familia de una actividad que une mucho a todos los integrantes, además de divertirlos.
    ¡Que sigáis disfrutando mucho! Un abrazo.

  2. Hola Julieta. Yo nunca participé de los scouts. No me tocó esa etapa. Pero mis papás fueron tan inteligentes como vosotros. Y, desde chica, organizamos campamentos de toda la familia, más los primos que se apuntaban siempre, porque les encantaba.
    Es una experiencia fantástica y te felicito por hacer partícipe a tu familia de una actividad que une mucho a todos los integrantes, además de divertirlos.
    ¡Que sigáis disfrutando mucho! Un abrazo.

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