Sin salud, nada vale, nada cuenta, nada quiero.
La mayoría de nosotros andamos tan bien de salud demasiado tiempo, que nos parece habitual vivir así… y por eso ponemos nuestra atención en todo lo demás: en eso que queremos porque no lo tenemos. Pero la salud, como la damos por hecho, no es algo en lo que nos ocupemos.
Y que fuerte cuando nos falta, que difícil es seguir viviendo sin salud. Que poco sentido tiene tener tanto, tantísimo de todo… y no tener salud. Y es que, sin salud cualquier otra cosa pierde sentido. ¿De qué sirve el mejor coche si no lo disfrutas? ¿De qué sirve una casa enorme si no se puede salir de la cama? ¿De qué sirve el dinero para viajar, comprar y hacer lo que sea, si por falta de salud no se puede?
No nos damos cuenta de tanta salud que poseemos, porque lo damos por sentado. Es inherente a vivir, nos viene dado, por eso olvidamos que la salud es lo que más importa en la vida. Y por eso luego nos preocupamos por tantas tonterías que la verdad no tienen valor ni importancia: ni riqueza, ni fama, ni el que dirán… ni esas metas ni los proyectos; porque ni -ser- ni -tener- valen sin salud.
Y viene al cuento todo esto… porque hace quince días me operé de la vista, para ya no usar lentes. Me animé por fin a arreglarme estos ojos. No tienes idea del miedo enorme que tenía a peder la vista. Pero salí y todo bien, hasta ayer que empecé con problemas en un ojo, complicaciones de las cirugías les llaman. Y de un día para otro, de ver super bien, ya casi no veo bien. Dice mi médico que es pasajero, que voy a ver bien como recién salida de cirugía, y que siga el tratamiento. Yo le creo. O le quiero creer.
Dar por hecho cosas tan simples, como ver, respirar y hasta comer…. debería clasificarse como uno de los grandes males de nuestra humanidad, porque vamos por la vida queriendo acumular cosas, medallas y hasta personas, sin darnos cuenta que lo único que de verdad importa, ya lo tenemos.
Que vaya todo bien
Tu párrafo final Julieta, lo resume perfectamente. Dar por hecho cosas tan simples o mejor dicho: tan poco valoradas como la salud, porque se supone que vienen como premio de bienvenida por el sólo hecho de haber nacido, es una de las mayores estupideces del ser humano.
Es difícil enfrentar la enfermedad y la muerte.
Aunque, a veces, todo es cuestión de actitud. Hay quien vive arrastrando una terrible enfermedad y disfrutando de cada día como si fuera el último. Y también hay quien se queja amargamente por un dolor de cabeza, y sus quejas le impiden disfrutar de todo lo que aún tiene a su alcance.
Espero que te mejores muy pronto de la vista y que sigas reflexionando con nosotros. Un abrazo y ¡Ánimo!
¡Mucho ánimo, Julieta! Te recuperarás y podrás devorar libros de nuevo 😘😘