Antes de comenzar la reseña, quiero compartirles que esta es la primer reseña que hago en mi blog. Hace rato que tengo ganas de escribir mi opinión sobre los libros que voy leyendo, pero no me animaba porque pensaba “¿quién soy yo para reseñar un libro?”. Pero me di cuenta que varios familiares y amigos me piden recomendación de libros, y siempre les pregunto -¿Qué tipo de historias te gustan?-, porque a mí me podrá gustar mucho un libro pero el gusto se rompe en géneros.
Y como la opinión que cualquier persona tenga de un libro siempre ayuda, sin importar el nivel de análisis que se haga, para decidirnos o no, a comprar un libro; pues aquí iré escribiendo lo que voy opinando.
Quiso la casualidad que empezara reseñas con el libro “Cortar una jacaranda”, de una escritora novel que me parece es de Guadalajara, aunque según internet, este libro lo publicó en Chile.
El ejemplar que leí me lo prestaron (ya lo regresé por cierto) y me parece que fue de las primeras ediciones, porque para comprarlo ya lo encuentran con otra portada y espero que con otra tipografía, porque por la letra parecía libro de autor independiente.
La historía me atrapó desde las primeras páginas, no fue de esos libros que le voy agarrando el gusto si lo sigo leyendo, por el contrario, desde el principio decidí que quería leerlo todo, y verás que es obvio cuando te diga que desde la página uno supe que sería sobre el machismo en las relaciones.
Reyes Retana empieza relatando la rutina de Elisa, una mujer que vive un matrimonio machista, como si fuera de lo más normal, de esas relaciones que vivieron nuestras abuelas y madres, pero que luego me doy cuenta que también podría estarle pasando a mujeres jóvenes. Me enemisté inmediatamente con su esposo y su carácter, y está de más decir que todas las decisiones que Elisa iba tomando durante la trama, las apoye al cien por cien.
Pero la autora sabe que para historias, siempre hay más de una versión, y de pronto cambias de capítulo y también de perspectiva, y empecé a saber más de Fabián y de su punto de vista y lo que era odio se convirtió en lástima y así conforme fui leyendo iba cambiando de bando, por así decirlo. La historia está tan bien contada que siempre está pasando algo, no hay puntos muertos o páginas que aburran o párrafos que te quieras saltar, porque siempre ocurre algo; bien podría convertirse en una serie de Netflix, porque los personajes todos son creíbles y tienen su personalidad muy acentuada, me los imaginé a todos.
Esa es otra cosa, que la descripción que iba leyendo la iba viviendo. No les miento que tuve que prepararme un pan tostado con mantequilla y mermelada porque se me antojó de solo leerlo. Y como es típico con autoras mexicanas, disfruté porque que entendí perfecto las costumbres, tradiciones y lugares; me imaginé todo porque lo conozco y lo he visto.
Si te gustan las historias realistas, que hablen sobre relaciones realistas y de mujeres que toman las riendas de su propia vida, este libro te va a gustar. Y cuándo lo leas me dices si te gustó el final o le pondrías otro, porque yo así como soy, me gustaría ver a Elisa en otro final.
